Cuando voy a comprar una almohada, cubrecolchón o nórdico, siempre me fijo que la fibra sea lo más natural posible, con tratamiento anti-ácaros y respetuoso con el medio ambiente.
La celulosa es uno de los materiales orgánicos más abundantes de la tierra, que se caracteriza por su gran disponibilidad y ser una fuente de energía renovable. Constituye la materia prima básica a partir de la que se obtiene la fibra Lyocell.
Su fabricación es altamente respetuosa con el medio ambiente y su proceso productivo se inicia con la disolución de la celulosa, generalmente obtenida a partir del haya, mediante la utilización de disolventes orgánicos que al final del proceso son reciclados.
Entre sus características destacan:
La higroscopicidad: Propiedad que posee el Lyocell de absorber y posteriormente exhalar la humedad según el medio donde se encuentre.
Capacidad de protección frente al frío, calor o agua.
Confortabilidad, tacto suave y agradable.
Durabilidad al uso y de fácil mantenimiento.
Resistencia a la tracción y fatiga.
El resultado final es una fibra gentil al contacto con la piel, que proporciona una comodidad extraordinaria. La piel puede respirar y permanece seca.
Todas estas propiedades las incorpora las almohadas, los cubrecolchones y nórdicos de la firma Moshy. Una firma que cuida mucho el buen trato y la sostenibilidad del producto, además de cuidar el medio ambiente.
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